Eparrêi Oyá!!!
Reflexiones sobre Haití
Parece como que el ser humano, estuviera perdido. Pocos saben entender lo que realmente está pasando en el Mundo. Para lanzar un rayo de luz y esperanza a todos los amables lectores que lleguen hasta aquí, voy a dar mi sincera opinión sobre este tema de candente actualidad.
Para ello, con el grito que invoca a la Diosa de los Orixá, Iansá, la Diosa del trueno, la electricidad, del poder sobre los muertos, el viento y la danza que libra al mundo del mal, "Eparrêi Oyá!", pido que me ayude a explicarlo sin que entren en mis palabras las malas intenciones de los malvados y los relativistas morales.
Todos sabemos que Haití, la primera colonia americana que se independizó de la Europa colonialista, el primer país dirigido por esclavos negros, la cuna de la libertad del Nuevo Mundo está destruido.
Sabemos que Haití se convirtió en un país maldito, dirigido por fascistas que implantaron el vudú como religión oficial. Esa mezcla de fascismo y vudú, de la ausencia de libertades políticas y de amarres espirituales es lo que Natura ha devastado.
La Naturaleza es Dios: nadie puede pervertirla sin pagar las consecuencias pues si bien la justicia humana está corrupta y siempre ganan los mismos, la divina es incorruptible por naturaleza.
No se trata de otra cosa que de justicia divina; la muerte es algo natural. Todos tenemos que morir; es parte de la vida. Pero hay algunos humanos que violando las leyes de la naturaleza, se alzaron con soberbia sobre todo y todos, amarrando lo que es libre, la conciencia humana y la libertad de expresión, ahora, han sido castigados.
Es el Apocalipsis, el fin de la Historia que ya anunciaron los más grandes profetas y visionarios.
El relativismo moral en que vive Europa, la falta de ética, o incluso una ética cambiante, que se amolda a lo que conviene en cada caso, hace que muchos europeos vean en este cataclismo cósmico, algo inexplicable:
Nada sucede en el Mundo que no tenga una causa; y las causas primeras, son las espirituales. El vudú, privando de libertad incluso a los muertos, es la violación más grande, la perversión mayor de todas. Si a ello se une el fascismo, tenemos servido el cóctel para la destrucción.
No son inocentes los que han muerto; no son inocentes los heridos. Las causas, están ya explicadas: pervertir la libertad, coartar con magia negra y ampararse en la falta de libertades políticas, es el mayor pecado, el mayor error y ahora las Fuerzas de la Naturaleza, han actúado.
¡Por la libertad! ¡Por la democracia!
¡Eparrêi Oyá!!!"
¡Abajo el fascismo! ¡Destrucción para los brujos negros que abundan en estso tiempos!!!. No es mala suerte: es consecuencia de sus errores y su soberbia.
