La Torre de noche: reflexiones desde el Finesterre

En este blog, al que eres bienvenido, amable lector, puedes dejar tu opinión libremente sobre los asuntos planteados y proponer nuevos temas.
Al Occidente de la piel de toro, contemplando el océano infinito, hasta Nueva York, las libertades individuales van configurando
un sentimiento colectivo.
"¡Tiene que llover
a cántaros!"

domingo, 17 de julio de 2011

Es hora de acabar con las mafias del tráfico de drogas. Todo ese mercado a penas sumergido, pues es tan obvio que raya en lo absurdo si no fuera porque se han hecho con el control económico y por ende político del mundo, desde Afganistán -con esa pseudo-cruzada anti islámica que en realidad es una versión actual de las Guerras del Opio del siglo XIX, hasta cualquier rincón del mundo globalizado...
La palabra droga ha adquirido mendiante una calculada desemantización vulgarizante y tendenciosa matices simplistas: toda substancia que tenga reacción química en el cuerpo, es droga, desde el alimento, hasta el opio o la morfina o el crack.La prohibición no hace más que aumentar la curiosidad. La ausencia de información desde la infancia -lo prohibido "no existe" para la cultura oficial- deja a los adolescentes en manos de los intereses económicos y por tanto políticos, de estos mercaderes de la desolación.Es hora pues de poner sobre la mesa la urgente necesidad de liberar de las mafias este campo. Toda esa red genera millones de dólares que, al ser "negros", deben reinvertirse en mas negocios ilícitos como el tráfico de personas -mujeres y niños especialmente- y es un círculo que alimenta la miseria y el infierno de millones de seres.
Además, la falsa identificación de todas las drogas debido a su común denominador, la ilegalidad, lleva a los jóvenes sin futuro en el actual mundo en crisis económica, tan fingida como real, a creer que la yerba es como la coca o la heroína o el crack y cuando comprueban la falsedad de esa afirmación, ya es demasiado tarde.
Acabar con ese pozo maldito es no solo una necesidad urgente, sino un deber como mujeres concienciadas que hemos llegado a ser.Esas mafias compran jueces, políticos y policías, corrompen la democracia y nos condenan a la imposibilidad de desarrollarnos n libertad: no debemos olvidar que luego ese dinero ensangrentado acaba en las bases de nuestros estados podridos.
Legalización,ya!

lunes, 21 de febrero de 2011

Los paises bajo el yugo islámico están viviendo algo que para los analistas de los medios de masas causa extrañeza, perplejidad e incluso, miedo: atascados en la auto-censura que el sistema actual produce, no son capaces de explicar estos acontecimientos, que cifran, en la mayor parte de los hechos, en la pobreza en la que viven la mayoría de los habitantes de estos centros petrolíferos.
Se puede observar que incluso los periodistas desplazados a las zonas, no reflejan con veracidad lo acaecido; las revueltas pretenden provocar la separación de los poderes del Estado, alejándolos de regímenes medievales que impiden la participación del pueblo en su destino. En definitiva, se trata de una revolución renacentista, que separe el poder religioso del político.
Casi todos estos países, a excepción de Túnez y Argelia, tienen un rey en su cúspide, un rey que obecedece a la ley islámica como baluarte.
Lo más llamativo de las escasas imágenes que nos llegan es ausencia total de mujeres. Es una "pescadilla que se muerde la cola" y que, lo quieran o no los diversos estamentos sociales, tiene que aparecer cuando menos lo esperemos. No es posible reprimir eternamente a las mujeres. El problema ha aparecido en estos momentos porque no se puede pervertir más la situación: estos totalitarismos de raíz religiosa se están auto-destruyendo: No es posible la cárcel eterna en vida de tantas personas que, de buena fé, creyeron en que lo transmitido por los ayatolas es la verdad. Muchos de estos hombres han vivido en Europa y han comprobado que estaban sometidos a férreas dictaduras en las que los reyes. jeques y ayatolas son los únicos destinatarios de los ingresos que proceden del petróleo y el gas. La miseria está generalizada, pero es sobre todo, la falta de libertades lo que ha encendido la mecha y se propaga sin que los poderes fácticos puedan impedirlo.
Es tal la hipocresía moral que avasalla a la gente que, por ejemplo, en Marruecos, está prohibido fumar hachís, y que sin embargo, los cultivos no sólo no se interrumpen sino que, considerándolos como cultivo tradicional, son confiscados por el Mohamed VI lo que produce que sea él el dueño del producto, siendo por ello, uno de los hombres más ricos del planeta.
Hasta cuando hemos de soportar tanta hipocresía?
No es de extrañar esto tanto a quienes estamos padeciendo la ley contra los fumadores de tabaco que se ha producido en España: no es una ley contra el tabaco sino contra los fumadores, mientras las ventas han aumentado en estos dos meses, la consecuencia principal es el cierre de muchos negocios pequeños y que por tanto no son noticia de los medios.
En un país donde los bares y restaurantes son parte de nuestro principal negocio, el turismo, sólo un gobierno de atontados como es éste o el que venga -en esta España no hay ningún partido que vele por intereses del pueblo- y donde hasta los sindicatos están al servicio de los que mandan, sólo se me ocurre que la única salida es un boicot total a semejante majarada.
Por la libertad, por la democracia auténtica y no esta pseudo-democracia, es hora de levantar la voz y lo que haga falta para dejar de estar al albur de los indeseables.