Sentada a la sombra de esta tarde
en una radiante luz de los humos sagrados
que esparcen el aire
en el silencio del vuelo del ángel.
Sentada en el tiempo
rosado y violeta
que espuma de azul
el horizonte
mientras en la suerte toca
las cinco de la tarde,
las cinco en punto.
Sentada contemplo tu luz inmensa
esparcida através del tiempo
este tiempo de la memoria
que enciende
la puerta del aire
que aviva el ánimo
mientras te espero.
Sentada a la sombra
que dejaste
mientras se esparce el humo
sagrado
del ayer enturbiado
que trata de
alejarte.
Sentada a la sombra
de tus versos
mientras se tiñe el horizonte
acuso a tus asesinos:
¡cobardes!,
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